Hace unos meses vagando por Netflix me encontré con una serie coreana llamada Oh, my ghostess, que trata sobre un fantasma de una persona que muere pero no puede ascender al cielo. Por circunstancias de la vida posee a una tímida asistente de cocina y la ayuda a relacionarse con los demás y a hacerse notar por el amor de su vida, el chef.
Leyendo esta sinopsis y conociendo lo cursi lover que soy, me decidí a ver esta serie y la verdad es que al tercer episodio estaba aburridísima. Un clavo, como decimos en nuestro país. Bueno, pues sucede que este fin de semana netflix me coloca la serie en la sección «Continuar viendo» y en un momento de, no sé, ¿lapsus mental? le doy a play y ¡OHHHH SORPRESA, a partir del episodio 4 es que la serie se pone buena!
Para no hacerte largo el cuento, la terminé de ver este mismo fin de semana (solo tiene 16 episodios). Esto me hizo reflexionar acerca de las segundas oportunidades. Qué iba yo a saber que a partir del episodio 4 me iba a conectar con el drama, si había tenido una mala experiencia con los primeros 3 episodios. Así como me sucedió con esta serie coreana, pasa con muchos aspectos de la vida.
Otro ejemplo: Yo siempre he sido quisquillosa con la comida, eran más las cosas que no me gustaban comer que las que me gustaban. Sin embargo me he dado cuenta al comparar al día de hoy, que me encanta el salcocho, los gandules, la habichuela, la carne de res y otros alimentos que anteriormente me provocaban nauseas. ¿Qué cambió? Yo cambié, y me di la oportunidad de probar de nuevo a la luz de este NUEVO YO todas esas cosas que antes no me gustaban.
Piensa en Todas las Cosas que se Quedaron en la Primera Oportunidad
-¿Que hace años intentaste subir al Pico Duarte y fue horrible? Dale una segunda oportunidad. Tal vez en ese momento no tenías el aguante físico y mental que tienes ahora.
-¿Que hace 7 años intentaste aprender un idioma y lo dejaste? Dale una segunda oportunidad. Tal vez en ese momento no estabas tan motivado, o pasabas por una situación que te impedía concentrarte.
-¿Que no le hablas a esa persona y ya ni te acuerdas de la razón? Dale una segunda oportunidad. Tal vez has madurado lo suficiente para perdonar, o el paso del tiempo ha curado tus heridas, o tal vez esa razón que antes parecía valida ahora te parece una nimiedad.
-¿Que querías viajar a algún lugar pero no pudiste ahorrar lo suficiente? Dale una segunda oportunidad. Tal vez ahora cuentas con el tiempo y los recursos.
Borrón y Cuenta Nueva
No te quedes atado a la razón que tenías hace 1, 5, 10 o más años para no darle una segunda oportunidad a algo. Recuerda que tú no eres la misma persona hoy que hace tiempo atrás.
Si tú cambiaste, es otra persona quien va a intentarlo nuevamente. Si en esta segunda oportunidad no te fue bien, amén. Pero no te pierdas el poder vivir la experiencia y quien sabe si te sorprendes como yo con mi serie de netflix.
Hagamos la Lista de Segundas Oportunidades
Te propongo hacer una lista de las cosas a las cuales les diste una primera y única oportunidad en el pasado.
Luego, anota la razón por la que decidiste no continuar con ello.
Pregúntate si esas razones siguen siendo válidas hoy o si algo ha cambiado en tí que le resta validez. (Sé sincero al hacer esto, no dejes que el miedo a intentarlo nuble tu juicio).
Identifica las posibles razones por las cuales pudieras hacer esas cosas hoy.
Reduce la lista a las cosas que realmente merecen una segunda oportunidad.
Las cosas que descartaste, guárdalas, nadie sabe si en un futuro estarás listo para darles una segunda oportunidad.
Cuéntame en los comentarios a cuáles cosas quieres darle una segunda oportunidad.
Una Segunda Oportunidad que me ha Hecho Muy Feliz
Cuando era pequeña, mi abuelo tenía un perro de raza bulldog, el cual me aterraba bastante cada vez que iba de visita a su casa. Una vez el perro me persiguió por todo el patio y ante esa experiencia le tuve temor a todos los perros que veía.
Ya de adulta, un día llevaron a un perro caniche al trabajo (se llama Coco) y era tan tierno que me dispuse a cargarlo. Sentí una conexión especial por la nobleza de ese perro que dije «tengo que tener uno»
Y así es como llegó Lily a mi vida, una caniche pequeña que el pasado 20 de Junio cumplió 4 años de vida y también conmigo, ya que la adquirí cuando tenía 45 días de nacida.
Ella me ha hecho crecer como persona y con ella he asumido una gran responsabilidad, pero también trajo alegría y luz a mi vida. Te dejaré algunas fotos (tomadas por @barkingmoments) para que, te gusten o no lo perros, mueras de ternura.
Amé las fotos de Lily! Me encantó el artículo y comparto contigo, que aprendí a darme una segunda oportunidad en el perdón.
Hace años intenté perdonar a un familiar de muchas cosas que me hizo que me lastimaron y no pude lograrlo porque el dolor era tan grande que mi corazón no podia.
Así que este año 2020 y la situación de la pandemia me hicieron librarme de ese dolor y me di la oportunidad de PERDONARLO.
La felicidad y liberación que siento es inmensa.
Bendiciones
Hola Jacqueiri, me encantó leerte, la forma en que has crecido y madurado como ser humano para perdonar es fabulosa. Felicitaciones y gracias por compartir tu experiencia!
Éste post me ha motivado a darme una segunda oportunidad en la cocina.
Comparto contigo que me gustaba mucho cocinar pastas, sin embargo, hace un tiempo luego de poner todo mi empeño, cuando el plato ya estaba listo, decidí agregar un ingrediente que arruinó todo mi esfuerzo y, desde ese entonces, decidí abandonar la cocina. Sin embargo, acabas de motivarme a volver a intentarlo. GRACIAS, BELK!!
Cuánto me alegro de que el artículo te haya animado a darle una segunda oportunidad a la cocina. Estoy segura de que te irá muy bien en esta nueva oportunidad, con el aprendizaje que ya tienes de tu primera experiencia. ¡Ánimos!