La aprobación es muy buena. Recibir elogios, que nos alaben, es como una caricia mental. DESEAR aprobación no es malo, pero necesitarla sí. ¿Pero por qué? Porque cuando deseamos la aprobación, nos sentimos bien cuando la obtenemos, y nos seguimos sintiendo bien cuando no la obtenemos, ya que nuestra estima, como vimos en El Primer Amor, no se basa en la opinión de los demás sino en la nuestra. Sin embargo, cuando NECESITAMOS la aprobación de los demás, somos felices cuando la tenemos, pero cuando no la obtenemos, nos volvemos infelices, nuestra estima disminuye y aumenta nuestra inseguridad.
¿De dónde viene la necesidad de aprobación? Sigue Leyendo…