En lo personal, me preocupaba mucho lo que fuera a decir la gente, sobre todo las personas importantes en mi vida, sentía que tenía un compromiso con ellos y fallarles, definitivamente, no era una alternativa. Un día, luego de pasar por muuuchos procesos, me arriesgué, y ¿adivina qué? ME APOYARON, ¡¡sí!! esas opiniones sólo existían en mi cabeza y, tras esto, entendí que la gente que te quiere te escucha, evalúa los riesgos, te aconseja, te agarra de la mano y te apoya en lo que realmente te hará feliz. Si, por el contrario, percibes rechazo, intento de limitarte y críticas destructivas, no merecen un puesto en tu vida.