Hace un tiempo escribí sobre la culpa, que no es más que un sentimiento que te inmoviliza hoy, por algo que sucedió en el pasado. La prima hermana de la culpa es la preocupación, ya que es una emoción que te inmoviliza hoy, por algo que pudiera suceder en el futuro.
Fíjate que dije «pudiera» , no dije «va a suceder». Y es que el futuro está lleno de tantas posibilidades que no se puede afirmar nada con certeza, y esta incertidumbre es una de las razones que nos puede generar preocupación.
Generalmente, ¿Qué te preocupa?
Las preocupaciones más comunes giran en torno a estos temas:
La Familia (los hijos, la pareja, los padres).
La salud (enfermedad, muerte, sufrir un ataque al corazón).
La economía (subida de precios, pérdida del trabajo, insuficiencia de los ingresos, pagar las cuentas, que se dañe algo y haya que comprarlo o repararlo).
Eventos Fortuitos (tener un accidente en auto o avión, la muerte de un conocido o familiar).
Enfrentar situaciones (hablar en público, lo que piensen los demás de mi, envejecer).
Atributos Físicos (aumentar o perder peso).
No tener nada de qué preocuparse. Si no tengo nada de qué preocuparme, algo anda mal, por lo cual debo preocuparme.
¿Te sientes identificado (a) con alguna de estas preocupaciones? Me atrevo a decir que sí, ya que nuestra naturaleza por default es preocuparnos. Y si no tenemos de qué preocuparnos, entonces buscamos un motivo. ¿Por qué hacemos esto?
Porque desde niños nos enseñaron a que si queremos algo o a alguien, «debemos preocuparnos por ese algo o alguien». Vivir despreocupado era mal visto. También nos enseñaron siempre a «estar pensando en el futuro» Y lo pensamos tanto que se nos va el presente en ello.
Una cosa es PENSAR EN EL FUTURO y otra muy diferente es PREOCUPARNOS POR EL FUTURO. Cuando PENSAMOS en el futuro, generalmente nos emocionamos por esas cosas que tenemos planeadas, o bien advertimos ciertos eventos y elaboramos un plan para ejecutar en el presente. Por su parte, PREOCUPARSE por el futuro implica pensar solo en lo malo, lo que creemos que va a pasar, en el «y si….?» Nos quedamos inertes vagando en la preocupación.
Hay un dicho que versa:
«Si tiene solución, ¿para qué te preocupas? y si no la tiene ¿para qué te preocupas ?
CONSEJOS PARA PREOCUPARNOS MENOS
Cambiar la mentalidad de preocupación no es fácil, pero tampoco es imposible. A continuación te dejo algunos consejos;
1- Vive el momento presente. Piensa en lo que dejas de hacer hoy por todo el tiempo que inviertes preocupándote por el futuro.
2- Asigna un tiempo máximo para preocuparte. Después de 2 minutos, déjalo y comienza a accionar.
3- Haz una lista de tus preocupaciones pasadas, y verifica si preocuparte cambió algo. O si todo lo que te preocupaba llegó a suceder.
4- Cuando te empieces a preocupar, hazte estas 3 preguntas:
a) ¿Qué es lo peor que puede pasar?
b) ¿Qué posibilidad hay de que ocurra?
c) ¿Qué puedo hacer yo al respecto?
Me despido con esta frase para tí:
«EL PASADO NO ESTÁ, EL FUTURO NO HA LLEGADO, SOLO ME QUEDA DISFRUTAR DEL PRESENTE»
Hola:
Gracias por los consejos sabios! Especialmente me gustan las 3 preguntas.
La Biblia también tiene una recomendación para que no nos preocupemos. Dice:
«No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.»
Si creemos realmente que hay un Dios que nos ama y que está a cargo de todo, entonces no necesitamos preocuparnos.
Gracias, muy valioso tu comentario!